Las salsas son uno de los ingredientes más importantes y versátiles de la gastronomía mexicana. Desde la salsa verde que acompaña a los tacos hasta la salsa roja que adorna a los chiles en nogada, las salsas le dan el toque final a cada platillo y expresan la diversidad y riqueza de nuestra cultura culinaria.
Según datos de la consultora Kantar Worldpanel, el consumo per cápita nacional de salsas fue de 1.5 kilos (equivalente a siete botellas de salsa anualmente) en promedio en 2018
La mitad de los hogares las preparó en su casa por lo menos dos veces a la semana, mientras que el 39 por ciento compró salsas envasadas tipo caseras
El mercado nacional de las salsas ha crecido exponencialmente en los últimos años, alcanzando un valor estimado de 3 mil 21 millones de dólares (mdd) en 2018 , cifra que puede llegar a los 3 mil 546 mdd en los próximos cuatro años .
Las favoritas de los compradores nacionales son la casera, mexicana, chile fresco, verde y chile chipotle
Además del mercado interno, las salsas mexicanas también han conquistado el mercado internacional, especialmente el estadounidense, donde radica cerca del 97 por ciento del total mexicano
Los consumidores buscan productos con ingredientes naturales, sin aditivos ni conservadores, y con el sello 100% natural. Algunos ejemplos exitosos son La Costeña, McCormick y Herdez.
Las empresas mexicanas dedicadas a la producción y distribución de salsas se han caracterizado por su innovación constante para adaptarse a las demandas del mercado y diferenciarse de la competencia. Algunos factores clave para el éxito son: la calidad e higiene del producto, el diseño atractivo del envase, el precio competitivo y la estrategia de marketing.
Entre las empresas líderes en este sector se encuentran La fábrica de salsas M&E en la ciudad de Chihuahua que ofrece una variedad amplia de productos para satisfacer todos los gustos y necesidades de sus clientes.
La industria de las salsas en México es un negocio con mucho potencial y futuro. Se espera que siga creciendo gracias al aumento del poder adquisitivo, al interés por nuevas experiencias gastronómicas y al reconocimiento internacional del producto mexicano